Ingrediente:
1 litro de leche entera
200 g de azúcar
6 yemas de huevo
50 g de maicena (fécula de maíz)
1 cucharadita de extracto de vainilla
30 g de mantequilla (opcional, para mayor cremosidad)
Preparación:
1. En un tazón, mezcla el azúcar y la maicena hasta que estén bien integrados.
2. En otro recipiente, bate ligeramente las yemas de huevo. Luego, agrégalas a la mezcla de azúcar y maicena, y mézclalo todo hasta obtener una pasta suave.
3. En una cacerola grande, calienta la leche a fuego medio, sin que llegue a hervir. Puedes añadir la vainilla en este paso para que la leche tome el sabor.
4. Una vez que la leche esté caliente, vierte un poco de esta leche sobre la mezcla de yemas para temperarlas (esto evita que se cocinen de golpe). Remueve bien y luego vierte esta mezcla templada de vuelta en la cacerola con el resto de la leche.
5. Cocina a fuego medio, removiendo constantemente con una espátula o batidor de mano, para evitar que se formen grumos o que la mezcla se pegue en el fondo. El pudín comenzará a espesar después de unos minutos.
6. Si deseas un pudín más cremoso, agrega la mantequilla una vez que el pudín haya espesado, removiendo hasta que se derrita e integre completamente.
7. Retira del fuego y vierte el pudín en recipientes individuales o en un molde grande. Cubre con plástico film, asegurándote de que el plástico toque la superficie del pudín para evitar que se forme una capa dura.
8. Deja que el pudín se enfríe a temperatura ambiente y luego refrigéralo durante al menos 3 horas para que adquiera una textura más firme.
Opcional:
Puedes agregar una capa de caramelo en el fondo del molde antes de verter el pudín para darle un toque más especial.